Moisés y Carolina llegan a la casa de ella. Están muy nerviosos, y ansioso en especial él. Aunque siente algo muy especial por Eloisa a Moisés hace mucho que sus hormonas le estaban pidiendo a gritos explorar de nuevo el cuerpo de una mujer.
--¿quieres tomar algo? --dice ella con timidez.
Moisés lo que quiere es ir al grano pero le sabe mal decirlo.
--lo que tù quieras...
--bueno... es que es mi primera vez... Yo no tengo experiencia...
Moises la empieza a acariciar:
--yo sé lo que hay que hacer... ¿vamos?
--si, mi cuarto está allá --dice ella señalando un cuarto con timidez.
--no, mejor lo hacemos en la cama de tus padres... yo haré que este sea el momento más inolvidable de tu vida...
Carolina confía en su amigo, él se desnuda con rapidez. Su cuerpo está ya totalmente formado como hombre. Ella no se atreve a mirarlo por vergüenza. Moisés la empieza a desnudar. Le atrae mucho el hecho de ser el primero. Tiene muchas ganas de verla desnuda, de hacerle cosas que ningún otro hombre le hiciera antes. La nota muy nerviosa y más por obligación que porque él quiera le pregunta:
--estás segura...? yo no me comprometo a nada después.
Ella dice que sí y él no se detiene. Quedan desnudos los dos en la cama... Se entretienen en juegos sexuales previos en los que los dos disfrutan. Moisés se siente un gran macho recorriendo el cuerpo de esa joven. Siente que de nuevo es un hombre. Carolina grita al ser clavada con la dura y ansiosa lanza de él y ese grito se mezcla con el aullido de Moisés marcando el final. Carolina queda aturdida. Moisés cae en la cae exhausto. Ha sentido mucho placer. Era una sensación que estaba como loco de volver a sentir. El desnudo muchacho queda aún en la cama retorciéndose de placer. Ella no entiende lo que le ocurre.
--¿que pasó?¿porque no sigues? Yo quiero hacer el amor contigo...
Aún jadeando él le dice:
--ya lo hicimos, ya hemos hecho el amor y ha sido maravilloso. Gracias, gracias por este regalo tan maravilloso... Tú sí que eres una amiga...
Carolina lo mira un poco decepcionada:
--¿esto ha sido hacer el amor? ¿eso es todo?
--si ¿no has sido feliz?
--pensé otra cosa... No sé, para tocarnos no hacia falta hacer el amor y es lo que me ha gustado... lo otro... es que ¿siempre es así?
A él le duelen las palabras de ella:
--lo siento... dicen que la primera vez siempre duele y bueno... yo te prometo que la próxima vez irá un poquito mejor... ya verás con que la práctica nos saldrá muy bien... Estamos en la edad de ir aprendiendo... Que bueno que hayas querido aprender conmigo... Ya verás que cuando tengas tu primer novio lo harás muy bien... Yo te enseñaré muy bien...
Moises sonrie picaro pero con cierta inocencia y es que no imagina que en realidad la joven lo ha hecho como acto de amor esperando que así él se haga su novio. Aunque no le dice nada a ella le duele darse cuenta que para él nada ha cambiado. Moisés salta de la cama y se empieza a vestir:
--la próxima vez que tus padres no estén y quieras que nos divirtamos pues me dices...
Aunque está dolida, Carolina no le piensa reclamar nada.
--bueno... me llames y nos vemos.
Carolina se queda en la cama algo triste:
--¿ya te vas?
Moisés se sube la cremallera algo sorprendido:
--si claro... Ya hicimos el amor pues ¿que más queda?
Moisés se va sin más y ella no se atreve a pedirle un beso. A decirle que lo ama. Aunque no quiere pensar en eso, él se siente un fracasado por no haber hecho gozar a esa joven...
--tranquilo... fue su culpa... --trata de tranquilizarse-- a Eloisa sí le gustó mucho estar contigo, por eso se volvió a meter en tu cama y lo hubiera vuelto a hacer de no habernos descubiertos... Para Eloisa fui su objeto de placer... no me quiso para nada más...
Moisés no puede evitar que se le escape alguna lágrimas.
Por su lado, Eloisa está a solas en un cuarto mirando una vieja caja de zapatos. Ahí ha ido coleccionando desde la cárcel lo que ha salido publicado de ella. Mira un recorte en la que se ve una foto del chico:
--era tan guapo y no se veia un niño... y ahora ya será un hombre.
Eloisa se estremece pensando en los besos, en los abrazos de él:
--¿¡como será? habrá cambiado mucho...? ¡¡ahora si es un hombre un hombre¡¡
Eloisa no hace más que pensar en las travesuras de él, en las dos veces que hicieron el amor:
--lo amé, lo amé como hombre...
Tiene pensamientos para el deseo. Piensa en el cuerpo desnudo del adolescente imaginando las maravillas que con él habrá hecho el tiempo:
--¡estás loca él ya no piensa en ti. Además sigue siendo un niño¡¡
En la noche, Fran y Sarai están preparando para acostarse. Él ya está desnudo y deseando hacer el amor con su amada. Ella está en picardias. Se va a tomar la píldora. Él se levanta deleitando a la mujer con su cuerpo desnudo. Le arranca la caja:
--llevo años pidiéndotelo... ese hijo, ese segundo hijo que tanto deseo... ¿porque no me lo das?
él va va tumbando en la cama con él encima. Ella trata de rechazarlo:
--pero es que los dos viajamos mucho... no nos podemos ocupar de un hijo...
Fran es muy amoroso con ella:
--será un pequeño sacrificio, yo viajaría menos y bueno... tú te quedarías en casa esperándome con mi hijo... ¿no harías esto por mi? Me hace tanta ilusión tener un hijo.
Sarai lo acaricia:
--te amo tanto...
--¿y bien? ¿me darás ese hijo?
Sarai vive con el miedo que él descubra la verdad:
--no, no debe saber que Emilio me pagó para acostarme con él... --piensa para si.
--¿que tanto piensas?
Sarai lo mira intranquila, nunca imaginó que llegara a amarlo tanto:
--si te daré el hijo que tanto deseas...
Fran sonrie con felicidad:
--¿¿hablas en serio?
--si... te amo y nada me hará más feliz que formar una familia a tu lado...
Los dos se besan apasionadamente. Ella se prepara para amarlo. Él se levanta.
--¿dónde vas?
Fran se levanta todo guapo y desnudo provocando el deseo de Sarai que tanto lo ama y lo desea:
--ahora vengo...
Fran se agacha, produciendo una excitante visión a Sarai, para agarrar las pastillas, y dice:
--voy a vaciar esto en el inodoro... ya no lo necesitas...
Cuando Fran regresa hacen apasionadamente el amor. Luego ella se lo queda mirando mientras lo acaricia:
--No... --piensa ella-- solo Emilio me podria traicionar y él nunca lo hará porque él desea la felicidad de Fran tanto como yo y él sabe que yo soy su felicidad... Un hijo...sí es lo que tengo que hacer... con un hijo nunca nada nos separará...
Él la mira con mucho amor:
--¿en que piensas tanto?
Ella lo besa:
--en que te amo y no sabes lo feliz que me ha hecho amarte y que me amas...
--tú me has devuelto la vida... por ti he vuelto a nacer...
El uno se funde de nuevo en brazos del otro...
Al día siguiente, Eloisa prepara su viaje a esa playa en la que está Moisés. Llegaran por la noche. Sin imaginar que su amada pronto estará en ese mismo pueblo, Moisés está en la playa pensando en ella. Escribe el nombre de Eloisa en la arena. En ese mismo momento se acerca Carolina. Lo iba a llamar pero lee el nombre de Eloisa. La joven llora:
--piensa en ella... en esa mujer de la que no quiere que le hable... Yo lo he aceptado a pesar de su pasado a pesar de todo y él piensa en ella... ¡¡ayer hicimos el amor y él piensa en ella¡¡
Carolina está muy triste pero se seca las lágrimas:
--pero no le voy a reclamar nada, seré su amiga y estaré a su lado... Esa mujer tardará en salir de la cárcel y yo me ganaré su amor... Si lo haré...
Carolina se acerca como si nada al guapo chico y lo besa con pasión y él se deja querer excitado. En el autocar que la llevará a ese lugar, Eloisa no entiende porque más que nunca tiene presente a ese joven que tanto la enloqueció... En la noche Moisés está en el internado,se tumba en su cama...
--Eloisa, Eloisa... que me hiciste que a pesar de los besos de Carolina no me puedo arrancar tu recuerdo...
Eloisa mira esa misma playa en la que le gusta estar a Moisés por primera vez desde la ventana de su hotel. Siempre pensando en Moisés.
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