sábado, 28 de noviembre de 2020

Capítulo 1

 


En un hogar cualquiera de una pequeña ciudad cualquiera, Fran, un guapísimo hombre de larga melena y barba de pocos días, llega a su casa cansado y con el periódico en la mano.  Una niña de casi 10 años se le tira encima.

--¡¡¡papi¡¡

Al guapo hombre se le cambia la cara porque no quiere que su hija lo note angustiado.

--hola mi vida. Ya llegó tu mamá.

--no, ella no llega hasta más tarde.

De la cocina sale una mujer de unos 50 años que con cierta dureza le dice:

--no, mi hija no sale de la escuela hasta las 2, ya deberías saberlo.

Hay tensión entre suegra y yerno.

--Lo sé pero es que ni he mirado la hora...

--tienes la comida en la cocina, Eloisa comerá en el camino, como mi hija si trabaja...

Fran fuerza una sonrisa. Acaricia la cabeza a la niña:

--vete a lavar las manos que ahora comemos.

Fran agarra del brazo a su suegra y la mete a la cocina.

--¡¡eres un bruto, no sé como mi hija se llegó a casar contigo¡¡

--¡¡pues llevamos toda la vida juntos, ya se debería haber acostumbrado¡¡

--es que yo sabía que un bueno para nada como tú siempre soñando con esa tontería de ser cantante nunca llegaría lejos. Y ya ves, mi hija sí tiene su carrera, su trabajo y en cambio tú sólo has llegado a cajero de supermercado y ahora encima desempleado...

--¡¡oigame bien, esta es mi casa y no tengo ganas de oirla¡¡yo me paso todos los dias en la calla tratando de buscar en empleo¡¡

--¡¡pero hasta entonces todo lo paga mi hija, incluida la hipoteca de esta casa... tú no eres más que un mantenido¡¡

Fran da un golpe en la pared furioso. 

--¡¡ya me tiene harto doña Cristina¡¡

Cristina se saca el delantal y dice:

--¡¡un día de estos mi hija se va a cansar de ti y te va a dejar y eso será el día más feliz de mi vida¡¡¡no sabes cómo lo voy a disfrutar¡¡

Fran señala la puerta y dice:

--¡¡vayase y por mi no vuelva¡¡

Cristina se le ríe y dice:

--pues sí, ya que estás en paro te podrías ocupar tú de tu hija, de tu casa, de la compra y no estar todo el día de ocioso.

Cristina se va dando un portazo. Fran está furioso.

--y lo peor --solloza-- es que esa bruja tiene razón.

Lo que más le preocupa es que su esposa se canse de él y lo deje. Sale al comedor, en la librería hay la foto de la boda de dos jóvenes (de 17 años ella y de 15 él). La novia está bastante embarazada. Los dos se ven muy contentos y enamorados. Él acaricia esa foto con ternura:

--no, Eloisa nunca me va a dejar.... llevamos juntos desde niños... ni ella ni yo hemos conocido otro amor... el primer beso, las primeras caricias... el primer todo...

El rostro del guapísimo hombre se llena de lágrimas:

--no, Eloisa y yo estaremos juntos hasta la muerte tal y como dijo el sacerdote.

Cristina sale en ese momento, está un poco asustado. Fran se seca las lágrimas.

--¿porque estás trste papá?¿porque discutiste con la abuela?¿porque siempre discuten?

El hombre se pone en cuclillas, acaricia a la niña con mucho cariño.

--no, todo está bien. Ven, vamos a comer...

--¡¡yo pongo la mesa¡¡

Fran la mira con orgullo:

--la ponemos entre los dos.

Padre e hija se dirigen a la cocina.





Mientras en la gran ciudad, dos niños de 12 años llegan a su casa. Son Moisés y su amigo Pajarito.

--¿y esa cara de rollo? parece que no te van bien las vacaciones...

--Ya sabes que hay muchas broncas en mi casa...

--Todo sigue como me contaste?

--si, mi mamá se la pasa en la calle y por su culpa mi papá se la pasa tomando...

--pero a mí mi madre me dijo que la tuya trabajaba de criada en casa del director de la escuela porque no teneis dinero, como tu papá no tiene trabajo al cerrar su empresa...

--¡¡yo no sé lo que pasó¡¡lo único que sé es que ahora yo nunca veo a mi mamá, que ella no está en casa y mi papá y yo la necesitamos mucho...¡¡

--pero a lo mejor tu papá toma porque no tiene trabajo... Mi padre dice que él se preferiría morir antes que fuera mi madre la que tuviera que sacar la cara por nosotros... No creo que tu madre tenga la culpa de nada...

--¡¡si la tiene... si vieras con que cara de felicidad llega a casa¡¡¡No parece que venga del trabajo y por eso mi papá se enoja con ella¡¡¡mi papá lo está pasando muy mal por culpa de mi mamá, ya siento que la odio...¡¡

--no digas eso, es pecado odiar a la mamá...

--¡¡pero también es pecado no ocuparse de los hijos y mi mamá es lo que está haciendo¡¡

Moisés tiene mucho rencor dentro de él, Pajarito no sabe qué decirle. Los dos amigos se despiden frente a la casa de Moisés. El niño abre y llama a sus padre.

--papá, mamá...

Nadie le contesta. Todo es como siempre. Entra triste. Echa de menos los tiempos en los que su madre siempre salía a recibirlo. Ahora lo único que ve es una botella de alcohol vacía sobre la mesa.

--¿¿¡papá?¡

Aunque su padre no contesta, Moises sabe que sí está en la casa. Entra en el cuarto. El hombre está recostado sobre su cama.

--papá, te sientes bien ¿estás dormido?

Moisés padre no contesta a su hijo. Moisés entra y se le sienta en la cama.

--no me gusta verte triste, me gustaría poder ayudarte. Preguntarte como te encuentras, qué te pasa, pero no me atrevo.

El hombre tiene una buena borrachera y casi no le salen las palabras:

--sólo me duele un poco la cabeza.

Moisés acaricia la mano de su papá:

--¿porqué no hablas con mamá? No puede ser que esté todo el día fuera. Los dos la necesitamos. 

--ya sabes como es tu madre, no se le puede llevar la contrario.

Moisés acaricia la cabeza de su papá:

--yo daría lo que fuera porque tú estuvieras bien. No quiero otra cosa, que todo sea como antes.


No es hasta pasada la media tarda que Rosa Alma, la madre de Moisés, llega a su casa. Ésta la mira desde la ventana. Rosa Alma tiene la cara iluminada mientras se un hombre cincuentón que la ha traido a casa. Rosa entra suspirando pero enseguida su hijo la baja de esa nube:

--¡¡¿¿que haces con ese hombre? Mi papa está que se muere y ti con otro hombre...¡¡ --furioso.

--tu papa si se muere es de borracho y yo estoy todo el día trabajando porque alguien tiene que traer dinero a la casa... --resignada.

--¡¡tu estás con ese hombre¡¡ --ofensivo.

--¡¡ojo con lo que dices señorito, que a mi me tienes que respectar... eso hombre es mi jefe y mi trajo a esta casa porque es muy tarde y sabe que estoy cansada y que ahora encima aquí todo esta por hacer...¡¡

Moises mira molesto a su mamá y la deja solo. Rosa Alma está angustiada.

--¡¡si no fuera porque Moises nunca me lo perdonaria me divorciaría ahora mismo¡¡

El rostro de la amargada mujer se llena de ternura el pensar en su guapo jefe:

--Clemente, Clemente. ¿cuando gue que te metiste en mi corazón y lo llenaste de amor? Pero no puedo ser una aventuta para ti como las otras... no lo puedo arriesgar todo por una locura... ¿será que si me podrías amar?,  ¿será que sólo te importa el sexo o sí amas a alguna mujer...? ¿porque nunca te casaste?... 

Su esposo la llama desde el cuarto:

--¡¡mujer, tengo hambre¡¡

Rosa Alma prepara algo de comer para su marido bien frustrada:

--yo estoy casada y eso nunca cambiará y él siempre defenderá su solteria a capa y espada...


En el hogar de Fran, Eloisa trata de calmar a su esposo:

--estáte tranquilo... ya te saldrá algo... y sino con mi sueldo...

--¿¿¡te crees que soy un  mantenido...?

Fran sale de la casa furioso...

--no recordó que dia es... --dice ella con amargura.

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