A la salida de la clase, Cristina espera ya a su mamá.
--¿porque llevas esa falda tan fea?¿que les pasó a tus pantalones?
Eloisa abraza a su hija con angustia. Desea olvidarse de lo que está sintiendo por Moisés. El adolescente pasa por su lado y la mira burlón. Lleva el suéter agarra en la cintura. Mira a la profesora con una inexperta seducción. Eloisa se estremece pensando en el trasero descubierto de él. Le altera mucho estar cerca de ese chico. Toma a su hija de la mano y se va. Eloisa está nerviosa porque siente la mirada de él clavada en ella. Eso la hace estremecer. No se quiere girar pero casi instintivamente lo hace. Lo mira de reojo. Sus miradas se encuentran y el niño la mira ya con mirada de hombre. Eloisa se siente descubierta y avergonzada. Huye y está vez sí que no mira atrás. Moisés la mira excitado. Pajarito se le acerca y le pone la mano y le pasa la manos por los hombros:
--que pasó?¿como te va con la profes?
Moisés viva pensando en Eloisa. No se puede sacar la imagen de Eloisa en tanga:
--como me pone esa hembra... Me muero por verla desnuda... y lo veré...
Moisés se pone como loco ya de imaginar que pueda ver desnuda a esa profesora. Pajarito no confía tanto en la suerte de su amigo:
--yo no me haría demasiadas ilusiones.
Moisés sonríe y le dice:
--sabes... la besé... y le gustó... me voy a estrenar... muy pronto muy a ser un hombre de verdad. Voy a saber lo que es el sexo mucho antes que todos.
Pajarito está sorprendida.
--¿tú sabes que ella podría ir a la cárcel por eso?
--ese es su problema, yo ya mi habría divertido.
--Si claro pero a lo que me refiero que ¿porqué ella va a querer algo contigo?
Moisés sonríe muy seguro de sí mismo:
--porque soy un hombre, Un hombre que le gusta...
Moisés vive cerca de la escuela. No se puede sacar de la cabeza la imagen de Eloisa en tanga. Está otra ves demasiado cargado y necesita enfriarse. Se tumba en su cama y se desabrocha los pantalones. Se agarra su arma sexual y tranquilamente se vuelve a masturbar pensando en la mujer que le está haciendo conocer el instinto sexual.
Eloisa llega a su casa. Es recibida Rosa Alma que le ha preparado la comida.
--¿¿como le fue el día, señora?
--bien gracias... usted es la amiga de don Clemente ¿no?
Rosa Alma se presenta y también le da las gracias por el trabajo:
--siempre va bien tener una casa más, es duro que tener que llevar yo sola una cosa... Y por cierta... ¿conoció a mi muchachito, Moisés? ¿cómo le fue?espero que se portara bien... No sé que le han contado de él pero no es malo, solo un poco travieso...
Eloisa esboza una ligera sonrisa recordando todo lo que ha pasado esa intensa mañana: la perdida de su falda, el desnudo de ese adolescente tan guapo, el primer beso de él... Eloisa no puede evitar recordar todo esto con deseo y eso la hace sentir culpable. Culpable por la madre del muchacho poco mayor que ella, culpable por su hija poco menor que el muchacho.
--¿¿que me está pasando?¿qué? --piensa Eloisa sofocado.
El hecho que le haya gustado ver desnudo a Moisés es su mayor secreto y trata de controlarse. Fuerza una sonrisa y dice:
--fue un dia muy tranquilo...
--¡¡pues que bueno, usted con confianza. Si mi hijo se pasa de listo me lo dice sin problemas...¡¡
--Si claro.
Disimuladamente, Eloisa se toca el labio que ha sido acariciado por la boca de Moisés. Sonríe con ternura.
--venga, espero que le guste lo que he preparado.
--¿y mi esposo?¿se fue?
--si como que llegué yo me dijo que iba a la disquera.. o no sé si entendí mal...
--entendió perfectamente.
--¡¡un famoso... su marido es un cantante famoso¡¡ --pregunta ilusionada-- ¡¡que bueno, nunca conocí un famoso¡¡ aunque nunca lo vi por la tele... No se ve ofenda, seguro que su esposo canta bien bonito pero no debe ser de mi estilo¡¡
--es que mi marido recién empieza... nunca ha hecho una actuación, recién ahora prepara su primer disco...
--¡¡que honor, el día de mañana podré decir que conocí a una futura gran estrella... porque estoy segura que su marido va a llegar muy alto¡
--muchas gracias. Eso espero porque todos estamos muy ilusionados.
Fran está reunido con los productores de su disco. Está muy ilusionado. Emilio lo espía de lejos. No se atreve a acercársele. Aunque a Fran le incomoda la mirada de él siente pena y se acerca a Emilio. El presidente se estremece, vibra de alegría al ver como ese guapo chico que tanto le gusta se le acerca. Emilio está muy nervioso. Suspira enamorado. El aroma del guapo marido de Eloisa lo embriaga.
--¿como va?
--bien, gracias a ti.
Aunque trata de ser amable, Fran marca las distancias.
--¿porque no te acercaste? todo esto te lo debo a ti...
--bueno. Yo soy el presidente, no me involucro en estas cosas y tampoco quiero molestar...
--tú mismo pero creí que quería que fueramos amigos.
--sí me gustaría. Si quieres vamos a comer...
--Bueno es que vamos todo --dice señalando con los que está reunido-- pero si te quieres venir.
--no, mejor ir vosotros... Ellos se sentirían incómodos.
Fran se da cuenta de la decepción de Emilio y le sabe mal que esté triste. Le quiere mostrar su agradecimiento.
--¿porqué no vamos a cenar?
--¿tu y yo solos?
--si claro... como amigos --le advierte con cierta desconfianza.
--si por supuesto. Eres un hombre casado. ¿pero tu esposa no se molestará que estés todo el día fuera de casa?
Con cierto reproche Fran dice:
--para nada, si ella no está nunca ¿porque yo sí?
--Van mal las cosas?
--No, no para nada... estamos bien felices.
Para Emilio es un sueño estar a solas con ese chico tan guapo. Aunque sabe que nunca será para él se conforma con amarlo a la distancia. Las horas se le hacen siglos. Por fin llega el momento, hablan como dos buenos amigos. Eloisa llama a Fran al celular que un poco cortante le dice que está reunido.
--¿seguro que va bien las cosas con tu esposa?
--yo no te quiero ofender, Emilio, pero no quiero que te hagas ilusiones conmigo. A mi me gustan las mujeres y mucho.
Emilio tiene esa herida en su alma:
--lo sé, y yo jamás te he pedido nada. ¿o sí?
--No, sólo quiero que te queden las cosas claras...
--clarisima... sólo es que te tengo mucho cariño y lo que más quiero es que seas feliz. Por eso me duele que te vaya mal con tu esposa...
Fran le sonrie:
--sé te agradece tu apoyo. Todo va bien, nos amamos... lo que pasa es que ella está demasiado obsesionada por su trabajo...
--pero tú vas a ganar muy bien, tu esposa no tiene que trabajar.
--¿lo ves? yo tengo la razón pero ella no lo entiende... justo esta mañana ya ha comenzado en una escuela. Es maestra. A mi me hubiera gustado que sólo se dedicara a mi y a nuestra hija pero ni modo. Su trabajo es más importante que su familia.
A Emilio le duele ver tristeza en los ojos de ese chico que tanto le gusta:
--tu esposa es muy afortunada por tenerte, por tener tu amor y es imposible que la valore y además eres papá... lo tienes todo para see feliz y Eloisa te tiene que querer mucho pero tamb8én hay mujeres que no saben estar en sus casas... pero eres el hombre perfecto para cualquier mujer.
Aunque le incomodan un poco sus palabras también le hacen sentirse más seguro de si mismo. Cuando llega a su casa, su esposa lo reciba tensa.
--me podías haber llamado antes, la niña ha preguntado por ti. No se queria acostar sin verte...
--ahora voy a verla y le leo un cuento.
El matrimonio se reune donde más unidos están: la cama. Él ya se sorprende que no duerma desnuda. Él si duerme desnudo. Él la besa, trata de acerle el amor pero ella no puede dejar de pensar en Moisés.
--no --dice ella apartándose.
Sofocado y sorprendido él dice:
--¿como que no?
--no tengo ganas...
--tú siempre tienes ganas...
--pues hoy no.
Ella se da la vuelta y cierra la luz. Él se queda frustrado, ella está angustiada. No sabe que le pasa pero no se puede sacar de la cabeza a Moisés.
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