sábado, 28 de noviembre de 2020

capitulo 17

 


Eloisa está muy asustada con lo que le tenga que decir la madre de su alumno.

--se quiere sentar?

Rosa Alma, en cambio, está muy tranquila.

--si, gracias... señora... Por eso siempre dije que usted es un ángel. Me gustaría mucho que estuviera más encima de mi hijo.

Eloisa tose sin poder sacarse de su mente la imagen de lo cerca que ella y Moisés han estado el uno del otro y estando él desnudito de cintura para abajo.

--¿se encuentra bien?

Eloisa trata de tranquilizarse:

--¿que es lo que quiere que haga con su hijo?

--que se le pegue, que lo haga hombre...

Eloisa vuelve a toser aunque ya sabe que Alma Rosa no está hablando de lo que ella piensa y es que Eloisa no hace más que pensar en las partes bajas del chico.

--¿¿que lo haga hombre? --pregunta Eloisa temblando de deseo.

--yo sé que a usted se le dan muy bien los niños, que es muy buena profesora... sólo usted puede hacer que mi hijo sea un hombre de provecho el día de mañana...

Eloisa se queda más tranquila al ver que la mujer no imagina lo que realmente está pasando entre ella y su hijo.

-- bueno, Moisés tiene actualmente un comportamiento aceptable... No creo que deba preocuparse por él.

--pero es que mi hijo es un flojo y si usted no me ayuda va a reprobar el año. Siempre ha sido mal estudiante, en especial de matemáticas...Como se ve que usted es buena mujer... muy entregada a su trabajo...¿¿no podria darle clases a mi hijo? clases particulares... 

Eloisa piensa en todo lo que pasa cuando está a solas con ese travieso y seductor alumno: en sus besos, en sus desnudos, en sus palabras obscenas. En general en su provocación. Aunque por un lado le atrae estar a solas con él. Por otro está segura que no debe aceptar porque le va a traer problemas.

--me gustaría pero es que...

Rosa Alma escucha lo que cree, besa las manos de la mujer:

--¡¡gracias, gracias... es usted muy buena. Yo sabia que usted no iba a desamparar a mi muchachito¡¡ Ahora mismo lo llama para decirle que usted le dará clases particulares... Me gustaria que comenzaran ya si a usted no le molesta, mi niño puede tomar la clase aquí y bueno... usted me descuenta del sueldo que me va a pagar las clases de mi muchacho...

Eloisa no dice nada. Está muy nerviosa. Le gusta estar más cerca de Moisés pero también le da miedo, le da miedo porque le gusta demasiado. Siente como Rosa Alma está hablando con Moisés discute con él. Luego vuelve con Eloisa algo avergonzada:

--ay que pena con usted... Sé que es pedirle una molestia muy grande pero es que mi hijo no quiere venir a su casa... dice que si yo quiero que le den clase que el profesor vaya a nuestra casa... Yo sé que es una gran molestia para usted pero es que yo siento que usted es la única que puede ayudar a que mi muchachito no se eche a perder. Aunque si me dice que no la voy a entender...

Eloisa piensa que es la gran oportunidad de no estar más cerca aún de Moises y aunque se pone la excusa que lo hace por  Rosa Alma, la realidad es que le gusta demasiado ese fuego que desprende Moisés y aunque Eloisa es consciente que es una locura y que debe alejarse de él no puede evitar excitarse y querer arder con él.

--está bien... Yo sé que Moisés es un  buen muchacho y yo lo ayudaré a sacar todo lo bueno que hay en él. 

Rosa Alma está entusiasmada:

--¡¡gracias, gracias...¡¡

Y como si estuviera en su casa Rosa Alma se dirige a llamar a su hijo. A Eloisa le excita mucho pensar que detrás del hilo teléfonico está su alumno. Se sorprende cuando Rosa Alma le dice a su hijo que Eloisa va para allá. Cuando cuelga, Eloisa dice:

--pero ¿ahora?

--¿porque no? es que me gustaría que le ayudara con los deberes... yo si es necesario haré más casas, más horas pero me gustaria que usted le diera clases a mi hijo dos horas al dia... clases de repaso general... que le explique lo que no entienda de los deberes...

--si pero es que mi esposo está por llegar y ¿¿que va a pensar cuando no me encuentre?

--no se preocupe... que yo le digo... su marido y yo nos llevamos muy bien... hemos intimado mucho --dice Rosa Alma con una picara sonrisa.

Eloisa tiene muchas ganas de ver a Moisés. Una voz interna le dice que no se meta en su casa, que no sabe lo que va a pasar pero ella desea de corazón ayudarlo para que sea mejor alumno y a la vez no puede evitar desearlo como "hombre" a pesar que apenas es un niño.







Después de hablar con su madre, Moisés, que anda desnudo, llama a Pajarito:

--se me va a hacer... se me va a hacer... estoy seguro que hoy me acuesto con la profesora... Después la voy a dejar de perdida delante de todo el mundo... No podrá volver a dar clases después que se sepa que se acostó con su alumno de 12 años.

--yo no creo que se te dé tan fácilmente:

--porque no has visto como me ve... yo la estoy esperando desnudito y apunto... No me masturbé pensando en ella como siempre porque espero que lo haga ella... Yo sé que se muere por profanar este cuerpo mio...


Eloisa se dirige hacia la casa de su alumno nerviosa. Piensa en el primer día que se quedó en tanga, cuando él se desnudó, las provocaciones de él, las veces que lo ha visto desnudo, que la ha besado. Su corazón palpita con fuerza. Siente que se va a meter en la boca del lobo pero ya no hay marcha atrás. Eloisa toca la puerta muy nerviosa. Se abre casi sola. Entra.

--¿¿Moisés?

Ella ya está dentro. Se cierra la puerta, ella se gira y se encuentra en frente a ella a Moisés totalmente desnudo. Él se le tira encima. Ya está armado y deseando aprender lo que es el sexo.

--¿¡que me vas a enseñar, preciosa??¡

Eloisa trata de resistir pero Moises la ha encajado con su cuerpo y la va tirando al sofá. A ella le gusta demasiado y aunque trata de resistirse aunque suplica que la suelte no  lo suficiente para que haciéndole un simple agujero Moisés pueda entrar en ella. Apenas dura unos segundos. Es algo muy rápido de lo que ella casi ni se entera. Él se queda en shock. Si no fuera por él estado de él tras su primera vez, Eloisa pensaría que no pasó nada. Pero ve a ese niño de 12 años desnudo y retorciéndose de placer y tiene que aceptar la realidad: se ha acostado con él. Eloisa está muy sofocada, se lleva las manos a la cabeza:

--¿¿que es lo que he hecho, qué?

Eloisa se va muy alterada.  Cuando llega a su casa ya Fran está. La mira molesto. Cristina los mira y dice:

--no se vayan a pelear...

Eloisa abraza a su hija. Llora por dentro. No puede creer que haya desvirgado a un chico dos años mayor que su hija. Fran y su esposa se muestran tranquilos aunque están muy distantes.


Moisés ha pasado horas en el sofá desnudo. Está en shock. No deja de pensar en Eloisa. 

--Fue mía, fue mía... 

Piensa en llamar a todo el mundo para decírselo y así vengarse de la profesora por haberlo humillado pero no lo hace.

--ya soy un hombre... soy un caballero y los caballeros no tenemos memoria...

Moisés sonríe con cara de pícaro:

--si lo hacemos todos los días no se lo diré a nadie...

Cuando oye que se acerca su madre corre al baño. Se moja la cabeza y se pone una toalla en la cintura para que parezca que salía de la ducha. El adolescente recién estrenado a hombre tiene una sonrisa de oreja a oreja. Rosa Alma jamás imaginaría la clase de lección que ha recibido su hijo.

--mi vida... ¿¿como te fue en tus  clases?

Moisés sonríe con cara de pequeño degenerado y dice:

--la profesora Eloisa me ha enseñado hoy la lección más importante de la vida.

Rosa Alma sonrie contenta ya que se da cuenta que su hijo está contento y hasta es amable con ella, se siente muy agradecida con Eloisa y muy satisfecha con ella misma por haberle pedido el favor de las clases.


A solas en su dormitorio, Fran y Eloisa, a la hora de acostarse, discuten.

--¿¿cómo es eso que le das clases particulares al hijo de Rosa Alma?¡¡¡

Eloisa no puede con los remordimientos, con la vergüenza. Está de piedra:

--¡no quiero hablar de eso¡¡

Fran tiene muchas ganas de sexo y aunque está enfadado con su esposa quiere hacer el amor con ella pero Eloisa lo aparta como si estuviera apestado. Fran no entiende nada.

--¿¿que es lo que pasa? ¡¡solo quiero hacer el amor contigo¡¡es la cosa más normal del mundo¡¡

--es que no puedo es que... rápidamente la mujer se quiere inventar una excusa-- ¡¡estoy con la regla¡¡si eso, la regla¡¡me acaba de bajar y ya sabes lo mala que me pongo¡¡

--¡¡no seas mentirosa... la tuviste la semana pasada y desde entonces no te toco... ¿que es lo que te está pasando?¡¡

Eloisa no le puede decir que no deja de pensar en un alumno de 12 años, que desea su cuerpo, sus besos, sus caricias, que ha hecho el amor con él y aunque no se ha enterado de nada le ha gustado. Pero en realidad, ella no sabe que le pasa. No entiende como se ha fijado de esa manera tan loca en un alumno, no entiende lo que está sintiendo. Se tumba en la cama y se da la vuelta, Fran desnuda detrás de ella la acaricia:

--¿¿que te pasa? tu siempre tenias ganas de hacer el amor y ahora no lo hacemos nunca...

--lo siento estoy muy cansada..

Fran se da por vencido, sabe que esa noche tampoco se podrá desahogar. Eloisa está muy frustrada al tener al lado a Fran y no dejar de pensar en Moisés y también se siente muy culpable por estar traicionando a su familia, a Rosa Alma. 


Al día siguiente, Moises se levanta con la cabeza muy alta. Llega a clase bien orgulloso. Pero no dice nada a nadie, no quiere que lo que pasó con Eloisa lo sepa nadie más ya que no desea que se acabe. Pajarito no le pregunta nada y está seguro que no pasó nada. Eloisa llega a clase, no se atreve a mirar a los ojos a nadie. Moisés se excita todo pero sabe que tiene que tener prudencia si no desea estropear las cosas, si desea vibrar de nuevo dentro de Eloisa que es lo que más deseo, lo único en lo que piensa. Eloisa no se puede concentrar, no deja de pensar que entre todos esos niños está uno especial, uno con el que ha engañado a su esposo. Sabe que toda su vida se destruiría si esto se supiera y a pesar de eso no hace más que pensar en Moises, luchar contra el sentimiento que se está haciendo fuerte dentro de ella cada vez le es más difícil y más ahora que se han entregado el uno al otro.

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